27 marzo, 2020//

Asociación Herrera sugiere emprender plan de emergencia integral

El presidente de la Asociación Nacional de Empresas e Industrias Herrera (ANEIH), Leonel Castellanos Duarte, calificó las medidas enunciadas por el presidente de la República, Danilo Medina, de razonables, pero consideró que de cara a la crisis que atravesamos las acciones deben emprenderse desde un plan de emergencia que abarque los frentes económico y sanitario de forma integral, no segmentado, a fin de controlar la pandemia y reactivar la economía de forma simultánea.

De acuerdo al dirigente empresarial, el mensaje del primer mandatario trajo cierta tranquilidad a determinados segmentos de la población, particularmente lo relativo a la cobertura de trabajo que lleva a cabo el Ministerio de Salud Publica, el kit de prueba rápida del Covi-19, y la ampliación de la tarjeta de solidaridad, ya que dan respuesta a una necesidad social del momento.

Empero, a su juicio, la magnitud de los perjuicios económicos que implica la pandemia del covid-19 es inmensa en vista de que afecta la oferta y la demanda, por lo que considera que los paliativos debieran abarcar un esfuerzo mayor de sacrificio a la altura de las circunstancias

En ese hilo conductor, señaló que el precio del barril de petróleo hoy se sitúa a US$25.00 y en el presupuesto está contemplado a US$59.00, lo que dijo refleja una diferencia de US$34.00 de ahorro por barril de petróleo.

“Si por cada US$1.00 el país se ahorra 68 millones de dólares en la factura petrolera, teniendo que 68 x 34 es igual a 2,312, y 2,312 entre 12 meses sería igual a 192.67 ahorro por mes, por ende si multiplicamos US$192.67 x 9 meses restante esto sería igual a US$1,734.00 en ahorro de marzo a diciembre de este año, y US$1,734.00 x RD$54.00 igual a RD$93,636.00 de ahorro en lo que resta del año, siempre y cuando los precios se mantengan”, apuntó Castellanos Duarte.

“Por eso sugerimos la posibilidad de aprovechar ese margen de ganancia a favor de medidas más amplias, así como negociar precios actuales a futuro, considerando que el petróleo no mantendrá esos precios por mucho tiempo, y podríamos garantizar la sostenibilidad macroeconómica del futuro”, añadió.

Para Castellanos Duarte, se trata de que todos seamos parte de la solución asumiendo el sacrificio que ello entraña. “De ahí esperamos que anuncie un recorte de gastos innecesarios del presupuesto, que optimice los egresos y elimine el barrilito, a la vez de reorientar partidas del presupuesto hacia el incentivo de la economía”, expuso.

En lo relativo al subsidio de RD$8,500.00 a los salarios de los sectores hotelero y zonas francas, consideró que si bien serán un alivio para las empresas, las mismas deben ampliarse, tanto en el tipo de disposiciones como a los renglones a que van dirigidas.

“Nos queda la duda como será esta disposición aplicada, mediante cuales mecanismos, mediante crédito en la tesorería?” , se preguntó.

A la vez de añadir “las perspectivas económicas no son halagüeñas por tanto se precisa de adoptar correctivos de estímulo para los sectores productivos, porque de lo contrario estaríamos en la antesala de una crisis de proporciones incuantificables, sobre todo las medianas y pequeñas que colapsarían que precisan de una intervención más compensatoria, como la disminución de tasas de interés y moratoria de pago de las hipotecas entre otras”

Recordó el impacto que tendrá la baja del turismo en toda la cadena productiva de la economía, y recomendó impulsar una política expansiva al consumo, colocándoles dinero a las personas y a las empresas a fin de estimular el consumo y la producción de sectores nacionales de alimentos.

“Ahora bien, lo primordial es que desde el gobierno se envíe un mensaje bien claro de austeridad en el gasto gubernamental, salvo las prioridades en salud y programas sociales para los más necesitados”, acotó finalmente el presidente de la ANEIH.

Fuente: INVERTIX

Antonio Taveras Guzmán

Quiero aprovechar este momento para expresar que está bien perseguir la evasión y la elusión fiscal,  y corregir todo tipo de distorsión que contribuya con el desarrollo nacional.

Que es válido intentar subir las recaudaciones vía mejorar la eficiencia de la administración tributaria. Pero esto no basta.

Tampoco basta someter a presiones innecesarias a micro, pequeños y medianos empresarios y comerciantes, que están generando riqueza y empleo. No es necesario perseguirlos como si fueran evasores consuetudinarios y no actores productivos que muchas veces solo necesitan acompañamiento.

Tampoco basta con inventarse los llamados parches fiscales con la finalidad de obtener recursos frescos y rápidos para tratar de cubrir apuros diarios y déficits fiscales del gobierno, producto de malas prácticas gerenciales, dispendio y hasta de prácticas corruptas que desangran al Estado y empobrecen y defraudan a nuestra sociedad.

Todos estamos conscientes de la necesidad de llevar a cabo esta gran reforma fiscal, pero no todos tenemos los mismos objetivos. Tampoco todos entendemos la profundidad de la misma.

Para algunos lo importante es subir la presión tributaria, para darle un respiro al gobierno y cubrir sus continuos desbalances presupuestarios.

Para nosotros los impuestos deben servir para impulsar el desarrollo integral de la economía y el país, para lograr equidad y movilidad social a partir de crear un aparato productivo eficaz, sostenible y competitivo, que sea capaz de crear empleos de calidad, y que contribuya a una mejor distribución de la riqueza.

Esta reforma debe ser parte de los instrumentos claves para fortalecer la capacidad del Estado de proveer bienes y servicios públicos y garantizar derechos. Necesitamos una reforma para mejorar la vida de la gente.

Es indudable que nuestra economía ha empezado a dar muestras de asfixia, y esta asfixia no se corrige con simple oxígeno. A pesar del crecimiento tan elogiado, estamos frente a un crecimiento de muy mala calidad, que no se ha sustentado en la mejora de la productividad de nuestras empresas, cada vez menos preparadas para competir en los mercados globales; que no ha creado empleos de calidad; que fomenta  masivas importaciones basadas en un continuo e irresponsable  endeudamiento; y que mantiene altísimos y vergonzosos niveles de pobreza y desigualdad.

Es hora de propiciar un gran diálogo, una gran concertación ciudadana para que juntos, empresarios, liderazgos políticos y sociales, trabajemos por las profundas y urgentes reformas económicas, institucionales y sociales a que estamos abocados como país.

Señoras y señores, llegó la hora de los hornos, como decía José Martí, llegó la hora de afrontar los grandes retos y desafíos que tenemos como país. Llegó el momento de asumir un compromiso honesto y real con nuestra nación.

Nosotros como Asociación de Empresas Industriales de Herrera y provincia de Santo Domingo, fieles a nuestra tradición histórica,  decidimos convocarles a esta tertulia justamente para promover este dialogo necesario.

¡Bienvenidas y bienvenidos!

Tertulia de Herrera

Para evitarlo, convoca a reinventar el modelo de crecimiento, hacer del Estado un árbitro competitivo, transparente y justo, a transformar las empresas que agotaron ya su ciclo vital y a jugar un rol ciudadano más responsable.

SANTO DOMINGO. La República Dominicana está compelida a reinventar su modelo de desarrollo productivo o podría quedar a pesar del alto crecimiento relativo que experimenta la economía en los últimos años en la fila de los países más rezagados y pobres de América Latina en las próximas décadas.

La advertencia fue hecha por el presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo,INC., -ANEIH-, durante la tertulia de la entidad con la participación como oradores del Ministro de Industria y Comercio, Ing. Temístocles Montás y la representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Licda. Flora Montealegre.

El empresario Antonio Taveras Guzmán proclamó, al pronunciar las palabras de apertura del evento, que para ese cambio se requiere una coordinación de responsabilidades entre Gobierno, empresarios, ciudadanos en una nueva visión que ponga la mira central en el desarrollo en las exportaciones, al tiempo que se relanzan los sectores generadores de divisas como turismo, zonas francas y remesas.

Advirtió que un elemento fundamental para crear esa ruptura es la ejecución de una “Revolución Fiscal” que permita financiar el desarrollo con el aporte de los ciudadanos y ciudadanas mediante un aumento de la presión tributaria, al tiempo que se ejecuta una reforma institucional profunda que lleve a un manejo eficiente y racional del gasto.

En la tertulia, bajo el título “Hacia un Nuevo Modelo de Desarrollo Productivo en República Dominicana”, el presidente de la ANEIH planteó la nueva visión del desarrollo productivo y social, “debe descansar en una fuerte sinergia común entre el Estado, el sector privado y la sociedad organizada, donde cada actor cumpla con su rol”.

Dijo que el Estado requiere una gran reingeniería a nivel del gobierno y sus agencias, para que las políticas públicas puedan ser llevadas a cabo con efectividad, transparencia y rendición de cuentas permanentes, indicando que las políticas populistas y clientelares desfavorecen el crecimiento sostenido, con equidad en la distribución del ingreso.

Al referirse al rol de los empresarios, los conminó a reinventar las empresas cuando éstas han dejado de ser competitivas o han cumplido un ciclo vital. Añadió que hay que dejar atrás la visión empresarial que solo se dedica a maximizar sus riquezas, amparándose en los gobiernos y funcionarios que solo buscan rentas, olvidando la responsabilidad social.

“Los ciudadanos y ciudadanas dominicanas deben entender que tienen que ser parte activa de estos cambios que proponemos, porque finalmente son ellos los beneficiarios directos. Debemos aumentar el capital social y construir permanentemente ciudadanías que puedan exigir derechos y cumplir deberes”, subrayó.

El dirigente empresarial aseguró que, de esa manera, se rompería la relación asimétrica entre crecimiento y desarrollo, que convierte a la República Dominicana en una de las sociedades más desiguales de América Latina y de menor movilidad social

“El modelo de desarrollo productivo luce hoy agotado e incapaz para enfrentar los grandes retos y desafíos que nos presenta un mundo y una economía global”, apuntó.

 

AEIH apoya iniciativa del MEM para exploración de hidrocarburos

¿Quién le pone el cascabel al gato?

 Conferencia dictada por el Dr. Antonio Isa Conde, Ministro Asesor del Gobierno en temas de Desarrollo, durante la Tertulia de Herrera, celebrada por la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (ANEIH) el miércoles 13 de noviembre del año 2013, Salón Anacaona, Hotel Jaragua.

Desde hace algún tiempo distintos sectores de la vida nacional se han expresado sobre la imperiosa necesidad de producir un cambio en el modelo del desarrollo económico alrededor de una visión que defina claramente hacia dónde queremos conducir al país en el mediano y largo plazo.

Durante más de tres años nos aglutinamos y unimos voluntades para diseñar y conseguir la aprobación del marco legal que hoy constituye la Estrategia Nacional de Desarrollo. Justamente sobre esa plataforma transformadora se elaboró el Plan de Gobierno del Presidente Danilo Medina.

En la END se proponen una serie de objetivos en procura de enfrentar los principales problemas que aquejan a la sociedad dominicana en los ámbitos económicos, social, institucional y ambiental y crear las condiciones para enfrentar los retos en un mundo cada vez más globalizado y en constantes cambios tecnológicos.

No cabe duda que la actividad económica, medida por el Producto Interno Bruto (PIB), ha estado creciendo durante todos estos años,   pero lo ha hecho en áreas de baja generación de empleo y sobre la base de la informalidad. En fin, hemos crecido sometidos a un modelo de bajo desarrollo humano, injusto e insostenible.

Continuar en ese círculo vicioso, que va destruyendo el tejido social y frena el desarrollo de las fuerzas productivas, no puede ser una opción. Estamos obligados a producir los cambios hasta por razones de sobrevivencia.

Para nosotros, no hay otro camino que no sea el de unirnos alrededor de esa Visión Transformadora en la que la inmensa mayoría de dominicanos y dominicanas hemos dicho que estamos de acuerdo desde el momento que aprobamos la END, y elegimos como Presidente a Danilo Medina conjuntamente con su Plan de Gobierno.

Muy pocos se niegan a reconocer la conveniencia de transformar el modelo económico, y a nadie se le ocurre disentir sobre la necesidad de acumular capital social y mejorar los servicios de salud, educación y, en síntesis, el bienestar de la gente. Nadie discute la necesidad de fortalecer la institucionalidad del país, frenar la delincuencia, mejorar los niveles de competitividad y eficiencia del aparato productivo, mejorar el servicio eléctrico, etc. En fin, todos y todas estamos de acuerdo en las cosas que urgen hacer para alcanzar las metas de desarrollo que nos hemos trazado en esa estrategia. La diferencia está en cómo hacerlo.

¿Por dónde empezar?

Ponerse de acuerdo en el cómo acometer los cambios es fundamental si queremos que este proyecto transformador de la sociedad dominicana eche hacia delante. Por eso en la propia Estrategia Nacional de Desarrollo se definieron tres temas que se entendían que eran prioritarios y a su vez conflictivos, que necesitarían de acuerdos expresados a través de tres pactos fundamentales: Los Pactos por la Reforma Educativa, la Reforma Eléctrica y la Reforma Fiscal.

No es posible enfrentar con la propiedad y en el tiempo requerido los grandes problemas que aquejan la sociedad dominicana si no somos capaces de ponernos de acuerdo en esos tres temas fundamentales.

Ya por fortuna el Pacto por la Educación está caminando con mucho éxito y, de hecho, creo que también podríamos llegar a acuerdos sin mayores complicaciones en el Pacto por la Electricidad, no obstante, los intereses que se mueven en esa área. Es preciso señalar, sin embargo, que para lograr ese objetivo se requiere respaldo político y a todos los niveles, voluntad de hacer las cosas y capacidad de construir consenso.

El pacto más complejo

Pero el pacto de más complejidad es el tercero, el Pacto por la Reforma Fiscal, porque es transversal a todos los otros y a todo el proceso de reforma. El desarrollo sostenible hay que financiarlo, por lo que ese pacto debe garantizar la sostenibilidad fiscal mediante un proceso de reestructuración fiscal integral y en el marco de una Ley de responsabilidad fiscal vinculante, que fije responsabilidades y sanciones drásticas por su violación para garantizar su cumplimiento.

Hay quienes piensan que el problema más grave de los dominicanos es “la chorrera” o el gran drenaje de recursos transferidos como subsidio eléctrico. En realidad lo es, pero los componentes del Pacto Fiscal que ya hemos citado, obligarán a cada una de las unidades del sector a hacerse eficiente, pues es seguro que el Pacto Fiscal no será para botar recursos sino para usarlos en provecho del desarrollo inclusivo.

Ese pacto fiscal implicará, y así se establece en la Estrategia Nacional de Desarrollo, que en un plazo no mayor de tres años, a partir de su aprobación, se iniciaría un proceso destinado a reducir la evasión fiscal, a elevar la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público, así como la transparencia y equidad de la estructura tributaria y la racionalidad de los esquemas tarifarios y del régimen de incentivos.

Para viabilizar el logro de los objetivos del desarrollo sostenible formulados en la Estrategia, será preciso aumentar la presión tributaria a una tasa del orden del 24% del PIB para el año 2030 y del 16% del PIB del año próximo.

Presión tributaria baja

Hoy, incluyendo los aportes de la Barrick Gold Pueblo Viejo, esta presión se estima en 14.9%. No se toman en cuenta en ninguno de estos números el aporte a la Seguridad Social, que se computa aparte, y que en nuestro caso es alrededor del 2% del PIB.

La presión fiscal dominicana es una de la más baja de la región, pero lo que es peor, es que cuando se va a elaborar el Presupuesto de la Nación más del 50% de los ingresos ya está comprometido para el pago del servicio de la deuda pública y los subsidios en general, principalmente el de la CDEEE, que desde el 2004 a la fecha nos ha costado más de RD$308,000 millones. A esto se le suman compromisos fundamentales, como el 4% para la educación, y una nómina pública que en un 65% prácticamente es intocable, ya que se trata de los salarios del personal de educación y salud, así como los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Si restamos esos compromisos del monto de nuestros ingresos, lo que queda para repartir es como bien dijo la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo: “Una chilata”.

Acumulación de déficit

Por demás, nuestro presupuesto año a año sigue acumulando déficit y aumentando la deuda pública, aun en un gobierno como este, donde lo poco que le queda se está utilizando en las áreas de mayor impacto en el bienestar de nuestra gente, la salud y educación, áreas para las cuales se aumentaron los recursos en el Presupuesto del Año próximo, en más de RD$9,540 Millones.

Igual ha ocurrido con el sector agropecuario, y en programas para aumentar la productividad de las pequeñas y medianas empresas, etc., y se está haciendo con trasparencia, de manera de que con esos magros recursos podamos lograr mayor impacto en el bienestar de la gente y en el desarrollo de la economía.

Pero esto no basta, la deuda social es muy grande y no tenemos con que pagarla

Solo a través de un nuevo modelo de desarrollo económico eficiente e inclusivo, podremos tener una mejor redistribución del ingreso, crear empleo, mejorar el consumo, lo que generará más empleo y más desarrollo, pero esto se hará con muchas limitaciones, con muchas precariedades, si no somos capaces de aumentar la presión fiscal y de mejorar cada día la calidad del gasto.

Necesitamos más recursos para el desarrollo, pero esto implica cambios y transformaciones profundas. Cuando hablamos de aumentar la presión tributaria, la pregunta obligada es, ¿sobre qué?, y ahí empiezan los problemas.

Tenemos un régimen tributario eminentemente injusto, pocos pagamos mucho, y por demás una parte importantísima de nuestros impuestos son indirectos.

Tenemos un sistema eminentemente regresivo, aunque hay que reconocer que con la última reforma mejoró ligeramente.

¿De dónde saldrán los recursos?

Por eso cuando nos sentamos a discutir de dónde van a salir los recursos para financiar el desarrollo, la primera frase que se oye es a mi no, lo peor es que quienes gritan a mi no, en su mayoría tienen muchísima razón, porque ya no aguantan más.

La pregunta obligada es ¿Quién le pone el cascabel al gato? Hay mucha gente en este país que usan los mismos servicios de nosotros, las mismas carreteras, los mismos puentes, que no pagan nada o muy poco, y otros que tienen la responsabilidad de administrarlos, que se han pasado una vida malversándolo.

Por suerte, en esta administración se ha estado avanzando, tomando medidas estructurales para que el gasto público sea más transparente, aunque todavía hay mucha tela por donde cortar y el sello clientelar que permea las estructuras del Estado sigue condicionando el manejo del gasto público en muchas áreas sensitivas.

Pacto Fiscal

 Y en ese sentido, me voy a permitir proponer algunos temas que debiéramos considerar discutir en el contexto de un Pacto Fiscal.

Lo primero que se me ocurre es mejorar las cosas que van bien, porque mejorando lo bueno obtendremos mayores beneficios. No nos conformemos, busquemos la forma de hacerlo mejor y obtener mejores resultados. Este es el caso de la Dirección de Impuestos Internos.

Hay que hacer un esfuerzo tremendo por seguir mejorando la administración tributaria, sobre todo, haciendo más justa la tributación y aumentar la base de recaudación a toda costa, reduciendo la evasión. Aunque nos duela decirlo, la evasión en nuestro país sigue siendo alta. Es alta en las profesiones liberales y en los sectores empresariales y comerciales.

Atacar la informalidad

Por demás, hay todo un mundo de informalidad que podría ser un importante generador de ingreso del fisco, y de beneficio para los nuevos contribuyentes. Con la formalidad, pequeñas empresas podrían tener mejores accesos a los programas de compras nacionales, a los programas de créditos a la producción. La formalidad bien administrada trae beneficios tanto para los empresarios como para el Estado. Es un esfuerzo que debemos multiplicar, se ha hecho bastante en este periodo de gobierno, pero no lo suficiente, hay un camino grande que recorrer y muchos beneficios que generar.

Hay que revisar las leyes de incentivos, para que esos incentivos produzcan el efecto deseado para evitar competencias desleales y sobre-protección.

El caso de los profesionales liberales hay que buscar mecanismos y sistemas que permitan que profesionales de altos ingresos coticen de la misma manera que cotizan los empleados, los dueños de negocios. Es justo y necesario que todo el que recibe renta cotice.

Un tema que se está discutiendo a nivel mundial es la necesidad de gravar los productos de lujo y los productos contaminantes con un impuesto suplementario. Establecer reglas de juego relativas a los precios de transferencia para evitar la evasión fiscal.

Hay que acabar con el cabildeo de poderes fácticos, que castran desde el origen cualquier intento serio de mejorar la fiscalidad.

 

Recaudar más y gastar mejor

Debemos ser innovadores, creativos, tenemos que abrir la imaginación, ver qué podemos hacer para lograr niveles de justicia fiscales mayores, para hacer que el desarrollo se financie y que la carga de financiamiento sea lo más justa posible privilegiando las figuras impositivas progresivas.

Al final, tenemos que entender que los impuestos son el costo de la vida en sociedad. Tenemos que cambiar la perspectiva de pretender vivir en un país en que nadie quiere que se les cobre a ellos, los pobres porque son muy pobres para pagar, los ricos porque necesitan incentivos para invertir y seguir desarrollando sus negocios, y la clase media porque entiende que no puede corresponderle a ella pagar por lo que otros no pagan. Lo que nunca se ha planteado es de dónde saldrán los recursos que necesita el Estado para proveer los servicios e invertir en la infraestructura que se requiere para que los pobres no sean tan pobres, los ricos puedan competir con los de otros países y ver prosperar sus empresas, y la clase media pueda tener la satisfacción de vivir en un país más justo, más seguro y más solidario.

Tenemos que cambiar la cultura de creer que todo lo que puede hacer el Estado a favor de la competitividad del país o para estimular determinadas actitudes entre los agentes económicos y los ciudadanos es eximiéndoles del pago de impuestos. El Estado tiene muchas otras cosas que hacer, y hay que reclamarle que las haga. No por casualidad, en los países en que las empresas mejor compiten y en que los ciudadanos mejor viven, son justamente aquellas en que más impuestos se pagan.

Pero, para sentirnos satisfechos pagando más impuestos, es necesario que el que cobra tenga calidad moral, administre y gaste bien lo que recibe de la sociedad. Eso no puede depender solo de la buena fe de un gobierno o de un gobernante. Debemos crear reglas fiscales estrictas que permitan mejorar cada día la calidad del gasto público, reduciendo cada día más, el gasto público superfluo o innecesario, y profundizar la política de priorizar el gasto público a comunidades de menores ingresos, con una visión integradora del territorio, enfatizando la inversión en las áreas que más capacidad reproductiva tengan.

 Debemos implementar un régimen legal de reglas fiscales que rijan el gasto público y lo hagan más transparente cada día, como se establece en la Estrategia Nacional de Desarrollo. Para ello en lo inmediato es necesario hacer una Ley de Responsabilidad Fiscal, el contenido y alcance de esta ley debe ser discutido en el Pacto.

La deuda cuasifiscal

Otro tema importante que tenemos que enfrentar con propiedad y valentía es el tema del déficit cuasifiscal de la deuda del Banco Central que de poco más de RD$4,369 Millones en el 2000, saltó en el 2004, a consecuencia del manejo que se dió a la crisis bancaria a RD$107,770.9 Millones, y ya al 16 de octubre de este año llegaba a la friolera suma de RD$317,817.7 Millones. En ese pacto necesariamente tiene que discutirse frenar esa pirámide de endeudamiento que está hundiendo este país en la miseria.

A veces nos engañamos y decimos que los intereses que paga el Banco Central no es un gasto público, sí lo es, desde el momento que el Banco Central los reengancha colocando nueva deuda con cargo al fisco que crece como verdolaga.

Frenar esto tiene un costo, significa aumentar el dinero en la mano del público y eso puede tener un cierto efecto inflacionario y devaluatorio, pero si se maneja con la propiedad debida, lejos de hacer daño, puede incluso ser beneficioso a nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y de las exportaciones.

Insisto, esto debe de manejarse con prudencia, pero hay que hacerlo, no es posible que esa pirámide siga creciendo. En la medida que no se haga el riesgo que estamos corriendo aumenta.

 

Renegociar la deuda externa

Hay que hacer esfuerzos extraordinarios por mejorar la composición de la deuda pública. Es necesaio buscar la manera de que se pueda reestructurar para buscar reducir la tasa de interés, y hacer al país menos vulnerable a los posibles choques de los sistemas financieras internacionales.

Este es un compromiso que debemos asumir desde el gobierno, contando con el apoyo y la colaboración de todo el pueblo dominicano. Con la misma energía y voluntad que negociamos el contrato de la Barrick Gold, tenemos que hacer un esfuerzo por renegociar la deuda pública.

Que nadie diga que no se puede, así decían cuando se planteó la renegociación del contrato de la Barrick Gold. Querer es poder, la única diligencia mala es la que no se hace.

Conclusiones

Tenemos que recaudar más y gastar mejor, tenemos que enfrentar problemas que nos esclavizan, que hacen de nuestro presupuesto un reparto de chilatas, aun en el caso de un gobierno tan comprometido con la gente como este.

No podemos darnos el lujo de esperar otro año para repetir el mismo tema; las llamadas reformas tributarias que se han hecho en este país no duran ni seis meses, eso no puede ser, el país necesita urgentemente de un sistema tributario que nos permita incrementar de forma justa la presión tributaria y mejorar permanentemente la calidad del gasto público, no podemos seguir endeudándonos, no podemos seguir estancando el desarrollo, dejando de invertir en salud, en educación, en la producción, a consecuencia de la carga terrible que significa el compromiso del servicio de la deuda pública y del subsidio de la electricidad.

Este es un reto pero también es una oportunidad, debemos sacudirnos y echar andar, esto podemos hacerlo si tenemos la voluntad colectiva de hacerlo. Acabemos con ese visión individualista que nos impide avanzar, olvidémonos del a mi no, y pensemos en nosotros, porque si el país crece y se desarrolla a escala humana, los primeros beneficiados serán los empresarios y todos los que participan en el proceso de generación de riquezas.

¡¡Adelante pues, manos a la obra!!

Discurso Sr. Antonio Taveras. Tertulia Liderazgo Empresarial

Discurso de nuestro presidente Sr. Antonio Taveras en
la Tertulia Liderazgo Empresarial

Saludos a todos los empresarios y empresarias que nos acompañan, así como, a los invitados e invitadas especiales y sobre todo damos calurosamente la bienvenida  a los hijos e hijas que acompañan a sus padres en este evento.

Es un gran honor para nuestra Asociación de Empresas Industriales de Herrera y provincia de Santo Domingo y para mí en particular, que hayan aceptado esta invitación.

En este momento el país está inmerso en un proceso electoral y todo gira alrededor de este evento, sin embargo, hemos querido apartarnos de estos temas y descontaminarnos un poco de tantos bullicios, discursos vacios, carentes de propuestas  y llenos de falsas promesas que solo denotan un amplio desconocimiento y una gran irresponsabilidad de la mayoría de nuestros actores  políticos.

El liderazgo político no ha entendido los grandes desafíos y retos que nuestra economía, nuestra democracia, la  sociedad y nuestro país enfrenta y de la urgencia  y la profundidad de los cambios que necesitamos.

Perdón, ya empecé a desviar su atención del tema que nos convoca hoy, pero es el momento y a veces la rabia que nos producen las falsas posturas y sus discursos.

Como les decía, este aparte lo hacemos para escuchar a un hombre que desde el sector privado ha impactado al proyecto colectivo de nuestra sociedad paradigma y referente es lo que esta sociedad necesita y este hombre, sin ninguna duda, lo es.

Los proyectos privados deben estar siempre al servicio del proyecto colectivo de la sociedad, esto es así cuando, como empresario entendemos que nuestras responsabilidades no se limitan solo a nuestras empresas y negocios, sino que va más allá de éstos, no se quedan encerradas en nuestros negocios al término de la jornada de trabajo.

Hace unos días nuestro invitado orador de hoy, me decía que la última vez que en su larga vida viv una línea recta, fue en la clase de geometría en el octavo curso y que a partir de ahí la vida le había presentado siempre dos líneas paralelas: una representa la dura realidad cotidiana en que nos desenvolvemos y otra los ideales a los que aspiramos. Nuestra lucha permanente debe ser tratar de acercar lo más posible  estas dos líneas.

Cuando como nación, como hombres y mujeres perdemos las perspectivas de los sueños y los ideales, entonces se pierde o se aleja una de estas líneas y empieza la derrota.  Los hijos son nuestro principal proyecto de vida, el cual construimos diariamente con nuestros ejemplos de trabajo tesonero, con nuestras actuaciones y comportamiento cotidiano, a ellos les digo, siempre traten de conjugar estas dos líneas, nunca pierdan de vista que el trabajo duro, permanente y la perseverancia hasta la terquedad es la única manera que conozco de triunfar.

Ningún proyecto exitoso se nos da con facilidad, siempre desconfío de las cosas fáciles, de los negocios fáciles. En mi experiencia de vida y como empresario nunca he emprendido un proyecto que no haya nacido desde el ideal, desde los sueños, junto con el trabajo permanente e insistente, siempre  con el corazón puesto en el cielo y los pies bastantes firmes sobre la tierra.

Muchas gracias.

Discurso Sr. Antonio Taveras. Tertulia Liderazgo Empresarial

El presidente del Grupo Corripio, José Luis Corripio Estrada, consideró ayer que sin la unidad familiar es muy difícil el éxito empresarial, porque no hay nada más peligroso que una familia que no tenga buena relación.

Al dictar una conferencia sobre “Liderazgo empresarial: ¿herencia o aprendizaje?” en la tertulia de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (ANEIH), el empresario dijo que no hay peor peligro para una empresa que una desavenencia entre la familia o entre los socios.

Al final de la charla y tras responder seis preguntas de los asistentes, Corripio Estrada recibió una placa de reconocimiento de la ANEIH por su trayectoria empresarial y sus aportes al país.

Previo a su intervención, el presidente de la ANEIH, Antonio Taveras, definió a Corripio Estrada como un paradigma y referente en el país.

Corripio Estrada expresó que está haciendo una especie de continuidad colegiada frente a su desaparición física o su incapacidad para que las empresas del Grupo se manejen como una unidad colegiada que funcione.

Indicó que el Grupo Corripio, que cuenta con unos 13,000 empleados en más de 20 empresas, tiene empresas muy disímiles, pero entre todas existe un vaso comunicante.

Expresó que sus cuatro hijos (Manuel, Alfredo, Lucía y Ana), quienes estuvieron presentes, lo han estimulado a seguir, porque trabaja para el futuro a fin de que el nombre de la familia mantenga el prestigio a través del tiempo.

A pesar de sus 82 años, Corripio dijo que no se va retirar, “porque yo no estoy en eso”, lo que produjo una ovación colectiva.

Recordó que la vocación natural de un negocio es la quiebra, pero quienes lo administran impiden que fracase.

Consideró que en la medida en que las generaciones se alejan del origen y el esfuerzo empresarial se pierde el espíritu de combate de todo negocio.

Manifestó que pudo salir un vago, haragán o un botarate, pero sus padres no le dieron la oportunidad, pues lo pusieron a trabajar desde pequeño hasta que le gustó.

Afirmó que a los miembros de la cuarta generación de la familia Corripio se les exige igual que a los demás empleados del grupo.

Dijo que la coacción es benéfica en las familias, los gobiernos, las empresas y la sociedad, pero debe estar bien intencionada.

Entiende que la coacción de un padre a un hijo es dañina cuando no va en provecho del segundo.

Corripio Estrada dijo que los hijos no deben de alarmarse por la coacción de sus padres, porque va en su provecho.

A su juicio, las crisis en los negocios suceden después de una abundancia previa mal administrada.

Afirmó que no existe la posibilidad de una crisis “si en la abundancia se maneja bien la crisis previsoramente”.

Expresó que cuando no se dispone para gastar no hay posibilidades de crear una crisis.

Señaló que la austeridad y el esfuerzo en los períodos de estrechez son una imposición, pero son importantes cuando se ejercen en la abundancia.